Primera A

Deben detener la liga, el jugador del FPC que fue atacado por los "hinchas" de su club

Un nuevo acto de violencia empaña el FPC: hinchas atacaron a un jugador tras la caída de su equipo.

Por David Arengas

Violencia en el fútbol colombiano Foto: Dimayor y Pexels
Violencia en el fútbol colombiano Foto: Dimayor y Pexels
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La barbarie se ha apoderado del fútbol colombiano. Brandon Andrés Caicedo, jugador del Deportes Quindío, fue víctima de un ataque despiadado a manos de supuestos hinchas del club. ¿El motivo? La "mala campaña" del equipo. ¡Indignante! ¿Desde cuándo el descontento deportivo justifica la violencia extrema?

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La agresión, perpetrada cerca de su vivienda en Armenia, dejó al jugador con heridas de arma blanca en un brazo y una pierna. Pero lo más escalofriante es la versión del propio Caicedo: el agresor intentó apuñalarlo en el pecho. ¡Una agresión con clara intención de matar! ¿Dónde está el límite de la "pasión" futbolística?

ACOLFUTPRO ha alzado la voz, exigiendo justicia y protección para los futbolistas. Pero, ¿son suficientes las palabras? La impunidad reina en el fútbol colombiano, donde los agresores se escudan en el anonimato y la complicidad de las barras bravas. ¿Hasta cuándo permitiremos que estos delincuentes manchen el deporte?

La violencia no es un fenómeno aislado. Es el reflejo de una sociedad enferma, donde la intolerancia y la impunidad se han normalizado. El fútbol, como espejo de la sociedad, no escapa a esta realidad. ¿Qué estamos haciendo para erradicar la violencia del deporte? ¿Dónde están las autoridades, los clubes, los líderes de opinión?

La seguridad de los futbolistas está en entredicho. ¿Cómo pueden concentrarse en su desempeño deportivo si viven con el temor constante de ser agredidos? ¿Quién garantiza su integridad física? ¿Quién asume la responsabilidad por estos actos cobardes?

La agresión a Caicedo no es un hecho aislado. Es un síntoma de la violencia que azota al fútbol colombiano. Es un llamado de atención urgente. Es hora de actuar con contundencia. Es hora de poner fin a la impunidad. Es hora de proteger a nuestros futbolistas.

La pregunta resuena en el aire: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo permitiremos que la violencia se apodere del fútbol colombiano? ¿Hasta cuándo seremos cómplices de esta barbarie? Es hora de que la sociedad, las autoridades y los clubes se unan para erradicar la violencia del deporte. ¡No podemos permitir que el fútbol se convierta en un escenario de guerra!


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