Por David Arengas
Una sombra de incertidumbre se cierne sobre la participación de los equipos colombianos en la Copa Libertadores 2025. Una posible negligencia por parte de la Dimayor (División Mayor del Fútbol Colombiano) podría poner en riesgo la ubicación privilegiada que Colombia ostenta en el sorteo de la fase previa del torneo continental. De confirmarse esta situación, los clubes del Fútbol Profesional Colombiano (FPC) podrían verse gravemente perjudicados, disminuyendo considerablemente sus chances de avanzar en la competición.
La información, difundida inicialmente por la cuenta en X (@futbolfpc), revela que la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) y la Dimayor no habrían enviado a tiempo la información requerida por la CONMEBOL para la conformación de los bombos del sorteo de la fase previa de la Libertadores. Este trámite, crucial para determinar la ubicación de los equipos en el sorteo, debía completarse a más tardar el miércoles previo al evento.
La no entrega de esta información en el plazo estipulado acarrearía una consecuencia directa y perjudicial para los representantes colombianos: la pérdida de los cupos que le corresponden al país en el bombo 1 del sorteo. Actualmente, Colombia goza de una posición ventajosa gracias a su buen desempeño en competiciones recientes, lo que le asegura un lugar en el bombo principal, evitando así enfrentarse a los rivales más fuertes en las primeras instancias.
La importancia de estar en el bombo 1 radica en la notable diferencia que implica respecto al bombo 2. En el primer bombo se encuentran los equipos con mejor ranking CONMEBOL, lo que garantiza enfrentamientos teóricamente más accesibles en las fases iniciales. Además, clasificar a la fase 3 de la Libertadores, incluso perdiendo en esa instancia, asegura un cupo en la Copa Sudamericana, una valiosa recompensa que se facilita enormemente al partir desde el bombo 1.
Por el contrario, caer al bombo 2 significa la posibilidad latente de cruzarse con “pesos pesados” del continente desde las primeras rondas. Equipos como Boca Juniors y Corinthians, habituales animadores de la Libertadores, representan un obstáculo mayúsculo para cualquier equipo que aspire a llegar a la fase de grupos. La experiencia reciente de Millonarios en 2022 sirve como un crudo ejemplo de las consecuencias de esta negligencia. En aquella ocasión, la demora de la Dimayor relegó al equipo embajador al bombo 2, lo que derivó en un cruce con Fluminense en la fase 3, resultando en su eliminación y la consecuente pérdida de la oportunidad de disputar la Sudamericana.
Este antecedente genera una gran preocupación en el ámbito del FPC. La repetición de este error no solo pondría en riesgo las aspiraciones deportivas de los clubes colombianos en la Libertadores, sino que también tendría un impacto económico significativo, considerando los premios que otorga la competición.
La situación exige una pronta y efectiva respuesta por parte de la Dimayor y la FCF. Es imperativo que se tomen las medidas necesarias para subsanar esta posible negligencia y asegurar que los equipos colombianos gocen de las condiciones que se han ganado deportivamente. De no resolverse a tiempo, esta “Dimayorada” podría convertirse en un duro golpe para el fútbol colombiano a nivel continental. La afición y los clubes esperan una pronta solución para evitar un nuevo capítulo de desorganización que perjudique el desarrollo del deporte en el país.
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