En un nuevo capítulo de violencia que empaña al fútbol colombiano, hinchas del Junior de Barranquilla protagonizaron un ataque brutal contra un seguidor del América de Cali en las afueras del estadio Metropolitano. Los hechos, ocurridos antes del partido entre ambos equipos, quedaron registrados en video y han generado indignación a nivel nacional.
Según testigos, más de 50 personas, presuntamente integrantes de la barra brava del Junior, atacaron al hincha del América, quien no portaba prendas alusivas a su equipo, pero fue identificado por un tatuaje. La víctima fue golpeada y apuñalada en repetidas ocasiones, mientras tres policías observaban la escena sin intervenir.
Lo más alarmante es que mientras estos hechos ocurrían afuera del estadio, dentro del mismo se registraron incidentes de violencia que obligaron a la expulsión de 66 personas, incluyendo 10 menores de edad.
Este nuevo episodio de violencia en el fútbol colombiano plantea serias interrogantes sobre la seguridad en los estadios y la capacidad de las autoridades para controlar a las barras bravas. La pasividad de los policías presentes en el momento de la agresión ha generado críticas y cuestionamientos sobre su actuación.
Es urgente que las autoridades competentes tomen medidas drásticas para erradicar la violencia en el fútbol y garantizar la seguridad de todos los asistentes a los estadios. Se requiere un trabajo conjunto entre clubes, autoridades y aficionados para promover una cultura de paz en el deporte.
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