Miren, las cosas para el equipo tiburón empezaron mal este semestre. No futbolísticamente, no porque Colo-Colo lo haya eliminado, no porque a pesar de la nómina que tiene, aún no descifre aquello que se juega en el equipo de Arturo Reyes. Empezó mal por un tema psicológico y de convicción. ¿Se acuerdan de la rueda de prensa del señor Fuad Char cuando estaba vendiendo el segundo semestre del cuadro tiburón como el que sería el mejor semestre del Junior en toda su historia? Pobrecito, él metiendo plata con ilusión de la Copa Libertadores, y le pide a los jugadores que hagan una arenga. Si el que les está pagando el sueldo, el que le firma los cheques, una arenga y todos los jugadores se quedaron callados. Nadie dijo absolutamente nada.
Eso fue una escena circense, eso fue una escena de circo. El señor haciendo malavares para que le compren la idea del proyecto que está vendiendo y los jugadores, ¡ay! ¿este señor de qué está hablando? Con la arenga para ir por la Copa Libertadores, por lo menos para tener una presentación decente. Y los jugadores callados, como si el dueño estuviese loco.
Se van los hermanos Gasca de Barranquilla y quedaría el Junior como el único circo de la ciudad. Hoy lo que pasa en el cuadro tiburón no da ni risa, ni para un espectáculo se presta. Cuarenta minutos con uno de más ante Independiente de Santa Fe. Y si no es por el penal que convierte el Titi Rodríguez, habría perdido en casa, frente a unos rivales directos. Y yo sé que los expertos y los filósofos me van a decir, no, si Junior hubiese ganado ante Santa Fe, hubiese quedado segundo, pero no ganó. Y sobre supuestos, el fútbol es bueno en las estadísticas, en materia concreta y en realidades, no lo es.
¿Acaso él no está invirtiendo por lo menos para competir? Porque ante Colo-Colo Junior no compitió. Y en casa sí que no compitió con nadie, ni con Botafogo, ni con Liga de Quito, ni con el Universitario de Perú, con nadie. El señor tenía derecho a reclamar la arenga y los jugadores callados.
Y sí, puede parecer algo insignificante, pero esa actitud, esa displicencia, esa falta de amor por la camiseta, hoy por hoy se ve reflejada en la cancha. La gente podría decir, no, es algo superficial. No, superficial no es. Eso es lo que vemos hoy cuando juega el Junior en la cancha. Un equipo sin amor propio. De ahí sacaría a Carlos Bacca, que se nota que le duele al cuadrado.
Pero Carlos Bacca no puede solucionar todo en el Junior. No es solamente Bacca. Hoy lo que vemos en el Junior está muy lejos en relación a lo que se invirtió, a lo que ha conseguido. A aspirar a Liga y a Copa Colombia otra vez. Y a la Liga la veo complicada. A Copa se le puede prender la flauta. Pero si para eso están armando el Junior, año tras año, con el presupuesto que le meten, con un equipo más bajito, les alcanza. Y gasta menos plata el Señor Char a la hora de cantar o pedir arengas a quienes les está firmando los cheques. ¿Les parece? Si o no, comenten, critiquen y opinen qué brazo estamos. Pero síganos para andar en la jugada. El Futbolero Colombia.
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