No más Barranquilla, la prueba reina de que ya no debe ser la casa de la Selección Colombia

La derrota de la Selección Colombia ante Ecuador en Barranquilla ha generado un profundo cuestionamiento sobre el futuro de la ciudad como sede de los partidos de la Tricolor. La falta de apoyo de la hinchada, el mal estado del campo de juego y la histórica victoria ecuatoriana han puesto en entredicho si el Metropolitano sigue siendo una plaza fuerte para el equipo nacional.

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Una hinchada dividida y desanimada

Las imágenes de hinchas durmiendo, consultando sus teléfonos móviles o grabando videos para redes sociales durante el partido han sido un duro golpe para la imagen de la afición colombiana. Si bien siempre ha existido una base de seguidores fieles, esta vez la falta de apoyo de una parte significativa de la hinchada fue evidente. Los cánticos y la pasión que solían caracterizar al Metropolitano parecieron haberse esfumado en esta ocasión.

Diversas razones podrían explicar esta apatía: la falta de resultados en los últimos años, la crisis económica que afecta al país, el desencanto con algunos jugadores o simplemente la pérdida de interés por el fútbol. Sea cual sea la causa, lo cierto es que esta situación ha generado un gran descontento entre los aficionados más fieles, quienes consideran que la falta de apoyo de una parte de la hinchada fue un factor determinante en la derrota.

Un estadio que no acompaña

El estado del campo de juego del Metropolitano también ha sido objeto de numerosas críticas. Las irregularidades del terreno, los parches y la falta de mantenimiento han dificultado el desarrollo del juego y han perjudicado el rendimiento de los jugadores colombianos. En un partido tan importante, el estado del campo se convirtió en un obstáculo adicional para la Selección.

Además, las instalaciones del estadio han quedado obsoletas y no cumplen con los estándares internacionales. La falta de inversión en infraestructura ha generado un ambiente poco atractivo para los jugadores y para los aficionados.

La histórica victoria ecuatoriana

La victoria de Ecuador en Barranquilla, después de más de 60 años, ha sido un golpe al orgullo colombiano y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la Selección en su propia casa. Los ecuatorianos celebraron con euforia este triunfo, que demuestra que ningún equipo es invencible y que la localía no siempre es garantía de victoria.

Este resultado histórico ha generado un debate sobre las razones por las cuales Ecuador pudo imponerse a Colombia en su propio estadio. Algunos expertos señalan la falta de intensidad y concentración de los jugadores colombianos, mientras que otros destacan la efectividad y la buena organización táctica del equipo ecuatoriano.