El presidente de un país al que Maradona le robó $500 mil dólares

Un documental reciente ha revelado un capítulo desconocido en la vida de Diego Armando Maradona: su casi llegada al Barcelona Sporting Club de Guayaquil, durante el gobierno de Abdalá Bucaram.

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En 1997, con Bucaram como presidente de Ecuador y también como máximo accionista del club canario, se gestó un ambicioso proyecto para conformar un equipo de ensueño. La idea era reunir a grandes figuras del fútbol mundial como Giovanni Hernández, Gabriel Batistuta, Carlos Valderrama y Claudio Paul Caniggia. Sin embargo, el nombre que más resonaba en los pasillos del poder era el de Diego Maradona.

Eduardo Azar, emisario de Bucaram, viajó a Argentina para negociar con Maradona y su representante, Guillermo Coppola. Las conversaciones avanzaron de manera positiva, y Coppola llegó a confirmar un acuerdo preliminar. La expectativa en Ecuador era enorme, y la posibilidad de ver al '10' jugando en el fútbol ecuatoriano parecía cada vez más real.

En una conexión televisiva, Maradona agradeció la invitación de Bucaram y confirmó su interés en jugar para el Barcelona de Guayaquil. "Quisiera agradecer por la invitación para el partido del 16 y ya nos veremos cara a cara para ver si seguimos jugando en Barcelona de Guayaquil", expresó el astro argentino.

Las negociaciones avanzaron rápidamente, y se acordó un monto de un millón de dólares por los servicios de Maradona. Bucaram asegura haber pagado la mitad de esa cantidad. Además, se estableció una condición especial: Maradona debía residir en las Islas Galápagos durante su estadía en Ecuador.

Sin embargo, el sueño de ver a Maradona con la camiseta amarilla se desvaneció. Según Bucaram, la envidia y los celos generados por su proyecto, sumado a la inestabilidad política del país, provocaron un golpe de Estado que truncó sus planes.

Este documental ha reavivado la nostalgia entre los hinchas ecuatorianos, quienes siempre soñaron con ver a Maradona jugando en el fútbol nacional. La historia de cómo estuvo a punto de concretarse este fichaje es un capítulo fascinante en la historia del fútbol ecuatoriano y un recordatorio del carisma y el poder de convocatoria que tenía Diego Armando Maradona.