Por David Arengas
La Dimayor en el ojo del huracán tras permitir que un equipo sin reconocimiento deportivo disputara los cuadrangulares finales.
Un nuevo escándalo sacude al fútbol colombiano. El Deportivo Pasto, a pesar de haber perdido su reconocimiento deportivo por incumplimientos laborales y de seguridad social, participó en la fecha 2 de los cuadranglares finales de la Liga Betplay. Esta situación ha generado un gran revuelo y ha puesto en evidencia graves falencias en la gestión de la Dimayor.
Según se conoció, el Ministerio del Deporte había suspendido el reconocimiento deportivo del equipo ‘volcánico’ el viernes anterior al partido ante Nacional. Sin embargo, y de manera inexplicable, la Dimayor permitió que el encuentro se disputara con normalidad. Esta decisión ha sido ampliamente criticada por la opinión pública y por expertos en derecho deportivo, quienes consideran que se ha vulnerado el reglamento y se ha puesto en riesgo la integridad de la competencia.
Las consecuencias de este hecho son múltiples:
¿Qué dice el reglamento?
El reglamento de la Dimayor es claro en cuanto a los requisitos que deben cumplir los equipos para participar en la Liga Betplay. La falta de reconocimiento deportivo es una causal de exclusión de la competencia. El hecho de que el Deportivo Pasto haya podido jugar a pesar de esta situación demuestra que el reglamento no se está cumpliendo de manera adecuada.
Reacciones y llamados a la acción
La opinión pública ha reaccionado con indignación ante este hecho. A través de las redes sociales y los medios de comunicación, se han expresado numerosas críticas a la Dimayor y al Deportivo Pasto. Los hinchas de otros equipos han exigido que se tomen medidas drásticas para sancionar a los responsables y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
Ante esta situación, es fundamental que la Dimayor actúe con rapidez y transparencia. Se espera que la institución abra una investigación para determinar las responsabilidades y aplique las sanciones correspondientes. Además, es necesario que se fortalezcan los controles para garantizar el cumplimiento del reglamento y evitar que se repitan situaciones como esta.
Este escándalo pone de manifiesto la necesidad de una reforma profunda en el fútbol colombiano. Es hora de que se prioricen los valores deportivos, la transparencia y el respeto por las normas. Solo así podremos tener un fútbol más justo y equitativo.
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