El fútbol colombiano ha perdido una de sus promesas. Pablo Sabbag, delantero que brilló en La Equidad y que actualmente milita en Alianza Lima, ha decidido aceptar una oferta para jugar con la Selección de Siria. Esta decisión sorprende al mundo futbolístico colombiano, considerando el potencial del jugador y su anhelo de vestir la camiseta tricolor.
Tanto Néstor Lorenzo, director técnico de la Selección Colombia, como César Torres, al mando de la Sub-20, han mostrado una clara preferencia por ciertos jugadores, dejando por fuera a otros talentosos futbolistas como Sabbag. A pesar de sus buenos números y su desempeño destacado en el fútbol colombiano, el delantero no logró convencer a los entrenadores de las selecciones nacionales.
La decisión de Sabbag de aceptar el llamado de Siria representa una oportunidad para el jugador de continuar su desarrollo futbolístico y de representar a un país que lo ha buscado activamente. Sin embargo, para el fútbol colombiano significa la pérdida de un talento que podría haber aportado mucho a la Selección.
Este caso pone en evidencia la importancia de brindar oportunidades a los jóvenes talentos y de construir un proyecto deportivo a largo plazo en las selecciones nacionales. Es necesario que los entrenadores evalúen a todos los jugadores con objetividad y que se den oportunidades a los nuevos talentos.
La salida de Pablo Sabbag hacia Siria enciende las alarmas sobre la fuga de talentos en el fútbol colombiano. Es fundamental que las instituciones deportivas y el Estado trabajen en conjunto para fortalecer el fútbol base y garantizar que los mejores jugadores puedan desarrollarse en el país.
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