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No es ser suplente, se descubre lo que menos le gusta a James Rodríguez en un partido

Más allá de ser suplente, James Rodríguez confiesa lo que realmente detesta en un día de partido.

Por David Arengas

James Rodríguez Foto: Semana
James Rodríguez Foto: Semana

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El ex entrenador del Porto, André Villas-Boas, ha desvelado una faceta poco conocida del talentoso colombiano James Rodríguez. En una reciente entrevista, el técnico portugués compartió una anécdota que revela el lado más competitivo y apasionado del jugador colombiano.

"Con James era muy gracioso jugar rondos. A él le encantaba pasar el balón entre las piernas de los otros, que es un momento emocionante para cualquier futbolista. Lo mejor para un jugador es hacerle un caño a otro y James enloquecía cada vez que lo hacía. Pero él también se ponía furioso cuando otros se lo hacían a él, al punto de no querer hablar con nadie más", 1 expresó Villas-Boas.



Esta revelación nos muestra un James Rodríguez más allá de su talento innato y su habilidad para marcar goles espectaculares. El colombiano, según Villas-Boas, era un competidor nato, que vivía cada entrenamiento como si fuera una final. Su obsesión por el juego bonito y su deseo de destacar en cada acción lo convertían en un líder natural dentro del equipo.



Un talento innato y una pasión desbordante

La pasión de James Rodríguez por el fútbol siempre ha sido evidente. Desde muy joven, el colombiano demostró una habilidad innata para controlar el balón y una visión de juego que lo diferenciaba de sus compañeros. Sin embargo, su anécdota sobre los caños revela una faceta más profunda de su personalidad: su competitividad.



"James era un jugador que vivía para el fútbol", afirmó Villas-Boas. "Entrenaba con una intensidad increíble y siempre quería ser el mejor. Su pasión era contagiosa y motivaba a todo el equipo".

La obsesión de James por los regates y los caños no era solo una cuestión de habilidad técnica, sino también una forma de expresar su personalidad. Cada vez que conseguía hacer un caño a un rival, sentía una enorme satisfacción. Y cuando era él quien lo recibía, su frustración era evidente.

Un perfil psicológico complejo

Esta faceta competitiva de James Rodríguez, aunque positiva en muchos aspectos, también puede tener un lado negativo. Su deseo de destacar y su sensibilidad a las críticas pueden generar una presión adicional sobre sus hombros. Sin embargo, también es cierto que esta misma pasión es lo que lo ha llevado a alcanzar los más altos niveles del fútbol.

La anécdota de Villas-Boas nos invita a reflexionar sobre la psicología de los deportistas de élite. A menudo, detrás de los grandes talentos se esconden personalidades complejas, con fortalezas y debilidades que se complementan. En el caso de James Rodríguez, su talento innato, su pasión por el fútbol y su competitividad lo han convertido en un jugador único y especial.

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